Bajo este cielo estrellado,
te escribo este verso retorcido.
La Luna cuida mi redacción,
y las estrellas mi ortografía.
Mientras camino por este bosque
oscuro y sombrio, volteo al cielo.
Y mientras lo contemplo,
descubro unos matices,
que van desde el rojo, amarillo,
hasta el violeta, pasando por el azul.
Estos colores tan hermosos se funden en uno
y con su alegría me recuerda el día en que . . .
Te vi por primera vez, tu tenias frio,
mientras te tocaba la nariz, descubriendo,
que la tenías más fria que el día de hoy.
Va pasando el tiempo,
y poco a poco.
Va iluminando mi camino,
así como tu has alumbrado mi vida,
volviendose mi razón de vivir.
En esta hermosa mañana quisiera
besar tus labios y sentir,
como mi mano se desliza,
a través de tu preciosa figura.
Y apacinado con tu tez,
me pierdo entre tus ojos.
jueves, 28 de agosto de 2008
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